En cuanto a arrogancia, prepotencia y rudeza, en estos días el gobierno italiano, acompañado por su cortejo de intelectuales, demostró no ser segundo de nadie. Esta vez se volvió protagonista de una vergonzosa y farsesca campaña política que incluso buscó, desafiando el ridículo general, suscitar una alineación más amplia a nivel internacional contra la boxeadora argelina Imane Khelif, atleta legítimamente en competencia en las Olimpíadas que están teniendo lugar en estos días en París. Al llamado prontamente respondió una nutrida armada de oscurantistas lista para vomitar los propios prejuicios intrísecos de mezquina astucia, discriminación, racismo y nacionalismo.

Imane Khelif sería culpable de haber vencido un encuentro de boxeo después de 45’’ contra la boxeadora policía italiana que emitió vergonzosas declaraciones, rechazando estrechar la mano de la misma Imane. La boxeadora policía se volvió una bandera de la derecha fascista hoy en el gobierno en Italia. Según nuestros propios políticos, para la ocasión improvisados “científicos” y jueces de ética deportiva, Imane Khelif no sería genéticamente una mujer y no se le debería permitir participar en las competencias femeninas en su especialidad, el boxeo. La IBA, una oscura asociación internacional de boxeo, parece que con sede en Rusia, declaró su apoyo a la policía italiana y se ofreció a entregarle un importe de 100.000 euros a título de resarcimiento y de premio. A la jauría no dejaron de agregarse también varios representantes de supuestas organizaciones “de izquierda” de matriz rojo-oscura. Para la ocasión Resistencia Popular sale al descubierto  y muestra su verdadero rostro.  El comunicado de Resistencia Popular, que declara referirse ideológicamente al comunismo e incluso al marxismo-leninismo, en línea con los varios exponentes de los partidos y grupos fascistas afirma: “La boxeadora Carini fue obligada a retirarse contra la atleta de Argelia con el cromosoma xy Imane Khelif después de apenas 60 segundos. … un match que no debía ni siquiera iniciar, que falsea toda la competición y cubre de ridículo la competencia, el CIO y toda la olimpíada. El Boxeo femenino sufre esta farsa donde una atleta con los cromosomas XY y la testosterona de un hombre es admitida en las competencias femeninas”.

No podía faltar al llamamiento Democracia Soberana Popular del ex boxeador Marco Rizzo cada vez más orgánicamente unido a sectores de la extrema derecha, que no renuncia a presentarse, en competencia con Resistencia Popular, como legítimo heredero del “Partido Comunista/Izquierda Popular” y de la experiencia de la formación del “Frente de la juventud comunista” resultados, entre otros, de la fragmentación del Partido de “Refundación Comunista”. Rizzo afirmó contra Imane Khelif y en violenta polémica contra el comité olímpico: las “Reglas del deporte son puestas en cero y totalmente sustituidas por la ideología. Esa del totalitarismo global y liberalista. Nosotros estamos contra ambas”.

A propósito a intentar apoyar en esta ocasión a nuestro gobierno fascista se unieron también algunos exponentes entre los más reaccionarios de la política mundial. Por ejemplo el posible futuro presidente Donald Trump o el millonario Elon Musk, propietario de la red social X/Twitter. Signo de que ya la cuestión superó los estrechos confines de los eventos deportivos y de las nuestra diatribas provinciales. Pensamos que en la toma de posición de personajes como J.K. Rowling, autora de “novelas” de carácter místico para jóvenes, que desde hace años busca también presentarse como feminista.

Todos unidos en la santa cruzada contra las mujeres en nombre de la presunta necesidad de establecer científicamente y éticamente, de una vez por todas, la línea de demarcación entre sexo femenino y sexo masculino. Esto mientras colectivos feministas como “No una menos”, que nuestros periodistas no dejar de citar entre más ‘radicales’, no están gastando una palabra para denunciar la gravedad de la presión y de la violencia cultural y psicológica de la cual nuestros más altos representantes institucionales se volvieron protagonistas en relación a la atleta algerina Imane Khelif. En fin, la digna imagen de un país imperialista tan “pordiosero” como prepotente en relación a las mujeres y a los pueblos que no pertenecen a la esfera de los países imperialistas occidentales.

Imane Khelif no proviene de una familia privilegiada. Los orígenes de su familia son populares. Aún de jovencita Imane Khelif valerosamente escogió enfrentar un difícil recorrido de emancipación que costó sacrificios, soledad y humillaciones para construir su propia identidad de mujer y de atleta. Por su seria determinación, Imane Khelif era ya un ejemplo de emancipación para muchas mujeres en Argelia, llegando a conquistar también el apoyo, no descontado, de la familia, tradicionalista y anteriormente hostil en relación a sus elecciones.

La vergonzosa cruzada montada contra Imane Khelif hoy la vuelve objetivamente e independientemente de su voluntad un símbolo de la lucha por la redención de todas las mujeres y de todo el pueblo argelino y es mirada con admiración por los hombres y por las mujeres más conscientes y combativos de los pueblos de otras naciones y por esos de las masas populares dentro de los países imperialistas.

 

Para Angela Carini, que escogió alcanzar la notoriedad prestándose a los juegos sucios de la política reaccionaria y oscurantista en vez de competir lealmente en las carreras como todas las otras atletas, no vale ni siquiera la pena gastar muchas palabras. Son ya muchos los que predicen su paso a la política en las filas de los partidos fascistas, a los cuales se unen cada vez más estrechamente  los grupos rojo-oscuros.